Inventory

Arre Vaquera

Current Phase: C-002
Phase Type: Chapter
View:Credits
View:Credits

Version Alpha

The Story of TPL

La Tierra está congelada. Envuelta en una era de hielo moderna. Los gobiernos del mundo idearon un plan para salvar a la humanidad que consistía en meter a todos dentro del metaverso. Lo llamaron “La Transición de Paradigma”. Los primeros diez mil voluntarios, listos para pavimentar el camino, eran llamados CyberBrokers. Todo salió mal. Dos siglos después, una autocomplaciente raza humana está lidiando con un gran avivamiento.

Esta es la historia de El Paradigma Perdido.

Chapters
Version AlphaThe Story of TPL

Chapter 2

Arre Vaquera

in progress
Liaison of Records

ALL RECORDS ARE THE PROPERTY OF TPP AND MUST REMAIN WITHIN THE CORE UNDER STRICT OBSERVATION UNLESS SPECIFICALLY AUTHORIZED. REMOVAL OF RECORDS ARE A CLASS 12 OFFENCE AND PUNISHABLE BY SALARY REDUCTION, DEMOTION, AND TERMINATION.

Imprinted At
10,000 Blox
DOC INFO \\14,982 CHARACTERS
AVERAGE READ TIME[14.6 BLOXS]

RECAP

La última vez que supimos de Spice recién había terminado el trabajo pesado del día. Su labor era darle mantenimiento a los paneles solares afuera de su recinto, sobre la tundra congelada que envolvía a toda la Tierra. Rodeada por vientos gélidos y un frío punzante, su único consuelo en este nuevo mundo residía en las profundas entrañas virtuales de su casco y chaleco EPA. Es en este mundo de rosa electrificado donde su amigo, Ken, esperaba atentamente su regreso. Él siempre tendrá que esperar a que regrese puesto que es un CyberBroker, uno de los habitantes del Metaverso, encerrado para siempre a causa de un accidente en los primeros días de EPA. Nadie sabe cuándo o si los CyberBrokers podrá ser liberados, pero lo que Spice sí sabe es que el Metaverso nunca decepciona en cuanto de aventurar se trate.

Unironic Ken se desplomó sobre el asiento de copiloto.

“Entonces, ¿a dónde vamos primero?”

“Vamos a ver lo de los votos del DAO. Probablemente sea lo más importante”

“No sé. Esto parece ser un voto rutinario del Comando Alfa para favorecer a una iniciativa de IA patrocinada por el Estado. Lo otro es que la Academia de Danza Naight quiere darle luz verde a una colaboración”

“Una colaboración de danza suena divertido. ¿Con quién es?”

Ken le echó un vistazo a la pantalla de su Bracer.

“Um. ¿Algo así como de hot dogs?”

“Oh.”

Ken se encogió de hombros, “¿Tal vez mejor deberíamos de ir a ver a los Cool Cats pelearse por pinks?”

“Trato hecho. Vamos”. Spice le guiñó el ojo, abrió una pantalla, y volteó a ver a Ken, “¿Tienes un código extra de viaje-rápido para este mes?”

Ken volteó los ojos y asintió hacia la pantalla. “¿Tienes para pagar almacenamiento y mantenimiento para este monstruo de metal pero no para pagar la suscripción de viaje-rápido?”

Spice le dio una palmada a la consola a bordo, “La única forma en la que puedo mantener a este bebé es al no gastar todo mi cripto en suscripciones como esas. ¿Has visto lo mucho que cuestan últimamente?”

Ken dio un suspiro, y dijo entre dientes, “Está bien.” Su asiento rechinó al estirarse para teclear su código rápido, “No mires.”

El sonido familiar de una nueva notificación llegó, interrumpiéndolo. Vio de nuevo su Bracer en la muñeca. “Oh, oh.”

“¿Qué pasó?”

“Es un mensaje de Altair. Quiere que nos reunamos con él.”

“¿Altair? ¿Te refieres al Político Altair?”

Miró a Spice a los ojos, “Sí.”

“Bueno pues,” dijo ella.

Los Políticos eran miembros de los Fundadores, el grupo de CyberBrokers más antiguo e influyente de todos. E incluso considerando al resto de los Fundadores, ellos eran probablemente los más poderosos.

Hace tiempo, cuando el Gobierno de los Estados Unidos comenzó a experimentar con los primeros conceptos para Equipos EPA, empezaron conectando los cascos directamente a los cerebros de un grupo de chimpancés. Estos primeros Equipos ya eran considerados inseguros para los humanos, pero fue tiempo después que un grupo de biólogos descubrió que los arneses de los chimpancés destruyeron los neurotransmisores asociados con la empatía.

Los chimpancés que de alguna manera sobrevivieron se convirtieron en los Políticos, los habitantes más astutos y despiadados del Metaverso. Si te llamaban directamente debías sí o sí contestar la llamada.

“Y quiere que nos veamos en una parcela medio alejada.” Ken frunció el ceño. “Maldita sea. Nos va a costar cuatro códigos rápidos para llegar ahí a tiempo.”

“No te preocupes, sólo estaba bromeando. Compraré los códigos.”

“No, no. Está bien,”, Ken dijo, “Sólo tienes que pagar por el viaje-rápido hacia el recital de hot dogs.”

Spice sonrió, “De acuerdo.”

Ken tecleó el código rápido. Las luces de desplazamiento se prendieron verdes, y Spice hizo el viaje al portal.

El meca gigante se transicionó por el espacio, brincando hacia un nodo aislado. El enorme meca ya no se veía imponente sobre una ocupada calle urbana. Ahora estaba en medio de un desierto desolador. Sus dos pasajeros viendo a través de la consola un letrero de bienvenida del pueblo olvidado. Un pueblo que parecía salido directamente del histórico viejo oeste.

El letrero decía, “Tombstone - El Corazón del Viejo Oeste.”

Spice y Ken se voltearon a ver.

“¿Es en serio?”

“Supongo que sí.”

Spice apuntó hacia el letrero, “Al menos le hubieran cambiado el nombre a la plantilla por defecto. Incluso haberle llamado ‘Burros y Belcebú” o algo así. Cualquier cosa, de veras.”

Ken extendió el brazo, señalando el paisaje, como uno de esos modelos preciosos que llaman tu atención hacia un lujoso aparato tecnológico, “Bienvenidos al Noveno Círculo del yiii-nfierno.”

“Malditos especuladores.”

Ken se encogió de hombros, y Spice se dirigió a la taberna. Porque, obviamente, ahí sería la junta.

Estacionó su meca atrás del lugar, cerca de un pequeño granero para los caballos de las visitas. Pensó que su Modelo Lupis L07 era lo más cercano a un caballo que se acercaría hoy al lugar.

Ella y Ken tomaron cada quien sus llaves del firmware, y se dirigieron hacia el suelo, subieron los escalones de madera, y empujaron las puertas abatibles.

La taberna estaba callada. La larga y resbalosa barra estaba llena de vasos sucios. Había una mesa de poker vacía. Sillas y banquitos aquí y por allá. Unas escaleras irregulares que subían hacia los dormitorios. Era sólo un lugar vacío para que la gente viniera a jugar.

No había señal del Político Altair.

Caminando hacia la barra, Spice dio media vuelta y se recargó con los codos, “Este voto para el DAO que tomaremos después, ¿de qué era? ¿Inteligencia Artificial?”

El banquito de poker rechinó cuando Unironic Ken lo jaló, y éste se desplomó sobre la mesa. Tomó una baraja de naipes. “Sí, supongo que están intentando instalar más IA para que se encarguen de todo. En lugar de nosotros. Sin embargo, no estoy seguro.”

Spice asintió. “Trabajar menos suena muy bien.”

“No lo es.”

Tanto ella como Ken voltearon repentinamente para ver a un chimpancé alto y esbelto, con un traje a la medida, pasar suavemente por la entrada, cada puertita abierta por uno de sus asistentes.

Spice notó que uno de los asistentes era lindo. Ni muy alto ni muy chaparro. Traía vestimenta urbana con múltiples capas de seda. Incluso le gustó su libre uso de rosa coral. Con suerte no terminaría siendo un mamón.

Ken saludó al chimpancé. “Fundador.”

“Hola, Ken.” Los labios de Altair se encogieron para mostrar una dentadura enorme y dura. “Ha pasado mucho tiempo.”

Ken tocó el codo de Spice. “Esta es Spice, Piloto de Mecas. Es la delegada del DAO para la Comandancia Alfa 10.”

“Es un placer conocerte, Spice Piloto de Mecas.” Altair se acercó para estrecharle la mano.

“Por favor. Llámame Spice.”

“Por supuesto. Yo soy el Fundador Altair, pero me haría muy feliz que simplemente me llamaras Altair.” De nuevo, esa ancha sonrisa.

“Uno de mis amigos pudientes es dueño de esta parcela, así que será lo suficientemente privada para nosotros.”

Spice y Ken se lanzaron una mirada, y ella gesticuló con la boca la palabra, “Especulador”.

Altair continuó, sin darse cuenta, “Así que, ¿supongo que ese era tu Lupis que se asomaba por el corral?”

Respondiendo rápidamente, “Sí, señor. Su nombre es ‘Juicio’. Es una chica muy fuerte.”

“Me gusta. Le queda muy bien.” El chimpancé se enderezó y los vio directamente a los ojos. El chico lindo y los otros asistentes, que tenían cara de burro de planchar, se acercaron para flanquear al Político. “Aprecio su tiempo, así que seré breve.”

Spice y Ken asintieron. Breve era bueno. Tenían que ir a un show de hot dogs bailarines, y esto ya estaba empezando a sonar como trabajo.

Sonrió de nuevo, “Los otros Fundadores y yo quisiéramos contar con el apoyo de la 10 para rechazar la propuesta de IA del DAO.”

Esperaron. En silencio, ansiosos, alertas.

La sonrisa se fue de su cara y Altair continuó, “Obviamente, el Gobierno considera esto como una jugada de eficiencia. La IA puede trabajar con una eficiencia tres veces mayor a la de un Broker y diez más que la de un Drifter.”

Spice y Ken asintieron. Ella ya había escuchado de eso. Había una idea de que la IA tomara cargo de toda la generación de energía, sincronizarla y óptimamente poblar la red. No le importaba mucho allá de vuelta en su hogar. Al menos, no hasta que una IA pudiera barrer la nieve y lubricar engranes.

“Sin embargo, así como todos sabemos, la IA tiende a ser tosca e irrazonable. La última cosa que queremos es que ella deje que toda la raza humana muera congelada sólo para fabricar un mejor clip de papel.”

“Sin mencionar también que para la mayoría de nosotros, una catastrófica pérdida de poder significaría utilizar un abrigo dentro de nuestros hogares por un tiempo.” La cara de Altair se distrajo un momento, la mente en otro lugar. “Sin embargo, los demás podrían no tener la misma suerte.”

Spice volteó rápidamente hacia Ken. Los ojos de Ken, completamente abiertos, revelaban que él pensaba exactamente lo mismo.

“Pero, nuestros cuerpos,” dijo titubeando el CyberBroker, “Si hay una falla catastrófica de energía, ¿qué pasa con nosotros?”

“No es sólo una falla energética, Ken. Estoy seguro que ya se han tomado en cuenta las precauciones para esa eventualidad. Le afecta a todos. Pero personalmente, preferiría que un montón de humanos estuvieran a cargo de que si es eficiente o no mantener alimentada mi criocámara.” Altair asintió la cabeza hacia Ken, que estaba preocupado, “Sí, definitivamente preferiría que personas del mundo real decidieran si mi existencia en este mundo es mucho más valiosa que un incremento en eficiencia de productividad para que una tribu en la montaña tenga las luces prendidas por un poquito más de tiempo.

De repente todo se puso oscuro.

Las luces en la taberna se extinguieron simultáneamente, y desde la calle afuera se escuchaba un desgarrador sonido. Seguido de una serie de explosiones.

“¿Qué demonios?” Spice tocó su Bracer, iniciando la secuencia de arranque de Juicio, y checó los metadatos de la parcela. La pantalla mostró peligro de zona PVP.

“Escóndase detrás de la barra”, rugió Spice, empujando a Ken en la misma dirección que a los dos asistentes que arrastraban al Político Altair.

“Deben de haber estado monitoreando la parcela por si había logins,” gritó Ken al deslizarse detrás de la barra. “Probablemente nos descubrieron en cuanto llegamos”.

Una tienda al otro lado de la calle de tierra explotó. El impacto de la explosión llegó hasta las puertas de la taberna, abriéndolas bruscamente. Las sillas tambalearon y las cartas salieron volando.

“Tuvo que haber sido algo. Porque esta definitivamente no era una zona PVP cuando recién nos teletransportamos.” Spice se lanzó hacia la puerta, cargando su Rifle Barrage calibre .30 mientras corría. “Quédense aquí. Ahora vuelvo.”

La última cosa que escuchó al tocar la cubierta de madera con sus botas fue al Chico Lindo preguntándole a Ken que si ella estaría bien. “Aww, siempre no fue un estúpido.”

Corrió hacia la parte trasera de la taberna, acomodándose el rifle en el hombro. Cuatro disparos rápidos golpearon al centinela que había puesto sobre Juicio, y se desmaterializó. Ni siquiera le pudo ver el rostro. Ahora se movía más rápido, actuando sólo por instinto.

Cinco segundos después ya estaba dentro, montando la silla de pilotaje mientras escuchaba el sonido de explosiones cercanas. Sus manos tomaron la palanca de control, y el Lupis brincó hacia la acción, los servos chillando con el repentino arranque, y el meca esquivó hacia su izquierda.

El corral estalló en fuego, y el impacto sacudió a Spice dentro del meca. Aún girando, preparó los cañones de los antebrazos de Juicio y bombardeó a las figuras que se asomaron por el callejón, deshaciendo sus rígidos trajes de poder en pedacitos al intentar cargar un segundo cohete. Ese pobre también se desmaterializó al instante.

Quien sea que hayan sido estas personas, eran una mierda para el combate real.

Las comunicaciones de corto alcance se escucharon, y una voz masculina dijo, “¿Buck? ¿Juggernaut? ¿Siguen ahí?”

No hubo respuesta. Así que, ¿sólo había tres de ellos?

Spice prendió los propulsores y se lanzó 80 metros en el aire. Escaneó todo el pueblo, sus ojos siguiendo los rastros de la destrucción, y se enfocó en una figura con traje de poder también. Esa debía ser la voz que escuchó en las comunicaciones.

Posicionó a Juicio para la caída, y aterrizó justamente sobre él. Su intención era pulverizar su torso, pero el traje actuó rápidamente. Pero, había aplastado su brazo derecho con la enorme bota robótica, moliéndola.

Sus comunicaciones se prendieron de nuevo, tornándose rojas mientras éste daba alaridos.

“Tal vez deberías de quitar el PVP, niño.”

Estaba segura de que era uno de esos adolescentes cretinos, buscando diversión con destrucción. Estos malditos adolescentes.

Disminuyeron sus gritos, hasta terminar por completo. Debió haber cambiado la zona a Segura.

“Listo. Ya está apagada”, resopló, “¿Por qué sigues aplastándome? ¿Qué está pasando? ¡El PVP ya está apagado!”.

Usualmente, cuando se apagaba el PVP, todos los combatientes eran curados y separados inmediatamente. Sin embargo, eso no aplicaba para miembros de la Comandancia Alfa. No podía desmaterializar a alguien en una Zona Segura, pero tenía la habilidad, concedida por un contrato, de detener a cualquier persona que ella considerara sospechosa.

Ser detenido por un robot gigante sobre tu brazo apestaba, pero era mejor a que te desconectaran y que quemaran tu cartera diaria junto con todo lo que tuvieras dentro. Que te detuvieran apestaba, pero empezar desde cero tras ser desmaterializado estaba peor.

“¿Quisieras explicarme qué estás haciendo aquí, mocoso?”, Spice preguntó.

“¿Por qué debería? ¿Quién diablos eres tú?”

“Piloto de Mecas Spice, Comandancia Alfa 10.”

“Mierda.”

“Sí. Vaya que sí.”

“Si te digo, ¿me dejarás ir?”

“Probablemente no.”

El mocoso gimió. Su traje de poder ya no tenía energía, y ella ya estaba perdiendo la paciencia. “A la cuenta de tres, voy a aplastar tu traje contigo adentro.”

No funcionaba de esa manera, pero este tipo parecía no saber nada.

“¡Espera!”, gritó. “Engañamos a un whale hoy. Nos dio las llaves. Pensamos que estaría divertido acribillar el lugar. No sabíamos que estaría alguien aquí, ¡de veras!”

Spice suspiró.

“Dame las llaves.”

Le pasó las llaves. Ella las metió a una memoria extraíble en su cabina.

“Ahora, bórralas de todos tus sistemas. Cuando termines dime, y haré un escaneo para asegurarme de que lo hayas hecho.” Tampoco podía hacer eso, pero de nuevo, este mocoso de seguro no tenía ni idea.

Unos momentos después, “Listo, ya terminé. Ya las borré. Te lo prometo.”

Spice inclinó sus silla, se frotó los ojos, y respiró profundamente. Necesitaba volver y checar a Ken. Ser desmaterializado siendo CyberBroker no era grave, pero seguía siendo incoveniente. Solían trabajar en grupos con multisigs, para que no pudieran quemar sus llaves a menos de que todas las sigs fuera desmaterializadas simultáneamente.

“Muy bien,” dijo Spice después de lo que parecía ser una cantidad razonable de tiempo. “Acabo de marcar tu ENS. No te quiero ver aquí de nuevo. Hasta luego.”

Enganchó el traje del mocoso a una de sus botas, lo aventó hacia el aire, le dio una innecesaria patada circular propulsionada, lanzándolo con una trayectoria de unos cuantos kilómetros. El PVP ya no estaba activado, así que no le dolería en lo absoluto, pero con suerte tendría que dar una larga y miserable caminata de vuelta al pueblo antes de que se pudiera teletransportar.

Estaba pensando en la caminata, riéndose dentro del meca, cuando de pronto sus comunicaciones se prendieron de nuevo. “Ejem.”

Se dio la vuelta y apuntó la cabeza gigante hacia el suelo donde cuatro figuritas se habían acomodado en un semicírculo sobre la polvorienta calle.

“Oh, hola, chicos.” Saludó con la manota mecánica. No sabía qué más hacer.

“¿Podríamos terminar nuestros asuntos y salir de aquí, Piloto Meca?”, preguntó Altair.

“Oh, sí,” titubeó. Brincó de su silla, salió de la cabina, y cayó sobre el suelo.

Spice trotó hacia el grupo, y el Lindo dijo “Qué buena puntería, Tex.”

“¿Qué?” Spice se le quedó viendo.

“¿Qué?” Unironic Ken también.

“Supuse que debía decir algo después de esa patada chingona. Era eso, o Arre Vaquera”.

Spice movió la cabeza, y apretó los labios.

El asistente guapo se sonrojó. “Quiero decir, más vale que sea algo vergonzoso en honor a esta plantilla vaquera por defecto, ¿no?”

Ella sonrió y asintió, lentamente. Él hizo lo mismo. Y, de nuevo en unísono, los dos amigos se voltearon a ver y murmuraron, “Malditos especuladores.”

“Oh.” Ken caminó hacia el centro, con una mano en cada dirección, “¿Podría saber qué está pasando siquiera en este momento?”

“De acuerdo. Yo también haría la misma pregunta,” Dijo Altair.

Pronta para cambiar de tema, Spice sacó la memoria extraíble de su bolsillo, y se la pasó a Unironic Ken. Casi se le cae, mirándola feamente.

“¿Qué es esto?”

“Son las llaves de la cuenta que contiene a esta parcela.” Se dirigió hacia Altair, “Ese grupo de mocosos engañaron a tu amigo y se las robaron.”

Ken volteó la llave sobre su mano, “Mmm.”

“¿Podrías devolvérsela al dueño, Ken? Y díle que la ponga en una Gnosis Safe la próxima vez. La clave para desbloquearla es ‘especulador’.”

“No hay necesidad. Aquí Zinc es de Limpieza. Él se encargará.”

Spice vio de reojo a Zinc. Así que ese era el nombre del Guapo. Zinc.

“Señor, estoy seguro de que Ken es más que…,” Zinc comenzó.

“No. No quiero que se pierdan esas llaves. Y preferiría que lo hicieras tú en vez de un Leftover.”

“Sí, señor. De acuerdo, señor,” tanto Ken como Zinc contestaron abruptamente, mientras simultáneamente caminaron hasta encontrarse, casi chocando. Ken, con los ojos bien abiertos, le pasó la llave a Zinc.

Zinc, sonriendo incómodamente, le susurró, “Lo siento.”

Ken, luciendo como si le estuvieran haciendo un enema, le susurró de vuelta, “Por favor, sólo tómala y vete.”

“Bueno pues,” Dijo Spice al meterse entre los dos CyberBrokers. “Creo que estoy convencida. Esta propuesta de IA probablemente debería de morir.”

“Sí”, respondió Altair. “Sí, debería.”